Renske está rodeada de numerosas máquinas pesadas, con zapatos de todas las formas y tamaños esparcidos por el suelo, en estantes o en el mostrador. Ella se disculpa por el desorden, pero para un zapatero es normal. Algunos zapateros se especializan, por ejemplo, en la fabricación de llaves, pero Renske no tenía intención de ajustarse a la imagen tradicional de un zapatero: un hombre mayor, gruñón, manos sucias y una tienda anticuada. Los clientes habituales de Druten se sorprendieron cuando su zapatero se retiró y vieron a una mujer de 25 años parada detrás del mostrador. "Al principio preguntaban, '¿dónde está tu padre?'", dice Renske.
"¿Por qué los zapateros siempre son estereotipados como hombres viejos?", recuerda haber pensado. "¿Por qué un oficio tiene que parecer anticuado? Esa imagen tenía que cambiar, esa era mi estrategia. Aquí estoy: joven, moderno y ofreciendo la misma calidad de servicio a la que siempre has estado acostumbrado".
Mientras el olor a goma quemada llena la tienda mientras frota los tacones de un zapato en la máquina grande y ruidosa, Renske relata las reacciones de asombro cuando se hizo cargo del negocio. Después de comprar el negocio al zapatero que se jubilaba, le dio un nuevo nombre, actualizó la maquinaria y estaba decidida a darle un aspecto moderno al oficio.
"Desde muy joven, supe que quería hacer algo creativo con mis manos". Renske sabía que quería trabajar con bolsos y zapatos porque "puedes diseñar infinitamente". Tras estudiar zapatería y marroquinería, trabajó en el sector del calzado ortopédico durante 4,5 años. "Hasta que un día pasé por delante del zapatero de mi pueblo y me di cuenta de que estaba en venta. A las dos semanas volví y lo compré".
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Después de la sorpresa inicial, y un poco de pánico por parte de clientes mayores que se preguntaban quién era esta señora y dónde había ido su zapatero de confianza, las reacciones fueron positivas. "A la gente le gustaba el hecho de que su zapatero viviera cerca". Renske no es fanático de las compras "anónimas" en las grandes ciudades. "Espero que la gente vuelva a la calle principal del pueblo, también a los jóvenes, siguiendo los tiempos y manteniendo una apariencia fresca y joven. Eso también significa ser visible en línea. Creo que el sitio web es excelente para mostrar quién soy, mi historia. No sé mucho sobre la creación de sitios web y prefiero no involucrarme en cosas como la codificación. Por eso elegí, Webador, para poder hacerlo rápida y fácilmente".
Si bien la conveniencia de las compras en línea y los precios anunciados por las grandes cadenas nos permiten comprar zapatos nuevos sin pensarlo mucho, este comportamiento de compra comienza a molestar a más y más personas. “Queremos ser sostenibles. Eso significa que tenemos que terminar con la economía de usar y tirar. En lugar de comprar zapatos baratos y tirarlos cuando se rompen, ¿por qué no invertir en un buen zapato que dure mucho tiempo y valga la pena repararlo?”, dice. Renske.
Las profesiones artesanales suelen ser más sostenibles que la eficiente producción en masa de los últimos años.
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